La historia es acaso la más cruel de todas las diosas y conduce su carro triunfante por sobre montones de cadáveres, no sólo durante la guerra, sino también en tiempos de desarrollo económico <<pacifico>>. Y nosotros, hombres y mujeres, somos desdichadamente tan estúpidos que nunca nos armamos de valor para el progreso verdadero hasta que nos impulsan unos sufrimientos casi fuera de toda proporción.
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