Debes decirme seriamente si puedo dar a mi psicología, que conduce más
allá de lo consciente, el nombre de metapsicología. Al interrogarse por
la pertinencia del neologismo, en el momento de sellar el nacimiento del
psicoanálisis, Freud siente que lleva a cabo su acto de fundación. La
metapsicología constituye la superestructura teórica del psicoanálisis. Aquí están la cabeza y el corazón del saber sobre los procesos
inconscientes, laboratorio que se construye tratando el material surgido
de la observación y la escucha clínica. Así pues, para captar los
fundamentos de la cosa psicoanalítica tanto como el lugar vívido de su
trabajo, corresponde introducirse por la senda de la metapsicología...
Así como hay un arte pictórico, hay un arte metapsicológico: este cuadro
de tres dimensiones tópica económica dinámica evoluciona
constantemente, por toques, en el incansable intento de determinar su
objeto. De este modo, se determina progresivamente el único punto oscuro
en torno del cual se trata, en un momento dado, de concentrar toda la
luz: el objeto, el ejemplo, la ficción, la representación, la cosa, la
letra, el afecto, el cuerpo, el acto, el relato, el sujeto.
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