En La República, obra con la que culmina la etapa de madurez de Platón
(427-399 a.C.), encontramos todas las ideas que van a configurar su
filosofía y que se centran en dos motivos recurrentes y fundamentales
para el pensamiento occidental posterior: la identificación última de la
felicidad con la virtud y la contraposición entre ciencia y apariencia.
El sentido íntimo que tiene para Platón el término filosofía está en la
identificación de la propia vida con el saber, con la ciencia, frente
al mundo de la apariencias. Como nos dice Miguel Candel en su
esclarecedora introducción, El valor imperecedero de La República, más
allá, de los detalles de su programa político y educativo, consiste en
haber hecho plausible la tesis de que el correlato natural de la
justicia es la felicidad. Y ello gracias a haber situado el principio de
la realidad, así como el de la teoría y el de la praxis..., en el mismo
lugar: en la real idea de bien.
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