«Contranovela», «crónica de una locura», «el agujero negro de un enorme
embudo», «un feroz sacudón por las solapas», «un grito de alerta», «una
especie de bomba atómica», «una llamada al desorden necesario», «una
gigantesca humorada», «un balbuceo»... Con estas y otras expresiones se
aludió a Rayuela, la novela que Julio Cortázar
comenzó a soñar en 1958, se publicó en 1963 y a partir de entonces
cambió la historia de la literatura y agitó la vida de miles de jóvenes
en todo el mundo.
Plena de ambición literaria y vital,
renovadora de las herramientas narrativas, destructora de lo establecido
y buscadora de la raíz de la poesía, durante todas estas décadas Rayuela siguió siendo leída con curiosidad, asombro, interés o devoción.
La
novela llega a los lectores hoy, en su aniversario número 50,
acompañada de un mapa del París de Rayuela y de un apéndice donde Cortázar mismo cuenta la historia del libro que buscó el más allá de todas las fronteras.
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