Los críticos e historiadores literarios del ¡Siglo XIX, siglo que presenció el nacimiento y el desarrollo progresivo de la erudición, tal como hoy la conocemos, nó pudieron ir más allá de una interpretación superficial de la exposición de los dobles en literatura. Luegó de percibirla como uña técnica de la comedia, pasaron 'a atribuir su uso en la prosa de ficción en general, a la predilección del autor por lo irreal y misterioso, a su deseó de describir rasgos diferentes y aislados de su propia personado a su deseo de otra existencia. El destacado germanista Richard M. Mcyer escribía en esta tradición, én 1916, cuando describió el uso del tema del doble por E. : T. A. .Hoffmann como nacido de su “ansia de una existencia más elevada". Mcyer afirmó asimismo que los propios dobles, “inseguros de su identidad, son a veces habitantes, de esta tierra, y otras pertenecen a una región tiltraterréna”. Correspondería al psicoanálisis, con sus intereses clínicos y culturales, examinar este motivo en términos de la psicología profunda y el mito, y de vincular su uso, con más claridad, a los propios autores (siguiendo los pasos de A. Vilhelm Dilthey).
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