Si bien las perversiones sexuales han sido objeto de numerosos trabajos, entre ellos diccionarios eruditos (de sexología, de erotismo, de pornografía), no existe historia alguna de los perversos. Por lo que respecta a la perversión, en cuanto denominación, estructura y vocablo, sólo ha sido estudiada por los psicoanalistas.
Inspirándose en Georges Bataille, Michel Foucault había proyectado incluir en su Historia de la sexualidad un capítulo dedicado al mundo de los perversos, es decir, a aquellos a quienes las sociedades humanas, preocupadas por desmarcarse de una parte maldita de sí mismas, han designado como tales. En simetría inversa con las vidas ejemplares de los hombres ilustres, decía en sustancia, las de los perversos son innombrables: infames, minúsculas, anónimas, miserables.
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