¿Por qué el cerebro humano insiste en interpretar el mundo y en
construir un relato? Michael S. Gazzaniga, uno de los especialistas en
neurociencia cognitiva más importantes del mundo, muestra cómo el
cerebro y la mente logran la asombrosa hazaña de construir nuestro
pasado, un proceso lleno de errores de percepción, memoria y juicio.
Pone en duda nuestras habituales nociones de self y realidad: los
sistemas específicos instalados en el cerebro harían su trabajo de
manera automática y en gran medida al margen de nuestra conciencia. Las
consecuencias de lo que expone pueden alterar profundamente nuestro
entendimiento de la percepción y la memoria, de la profundidad de lo
instintivo humano y del modo como construimos lo que somos y nuestra
posición en el mundo que nos rodea. Durante los últimos treinta años,
las ciencias de la mente no solo han dibujado un cuadro de cómo está
construido el cerebro, sino también de para qué ha sido construido. El
resultado es maravillosamente claro y definido y da la razón a William
James: el ser humano está dotado de muchos más instintos que los
animales. Todo bebé nace con circuitos que compulsan información y le
permiten funcionar en el mundo físico. Incluso lo que nos permite
comprender las relaciones sociales puede surgir de leyes de la
percepción que ya están inscritas en el cerebro del bebé. Lo mismo vale
para la habilidad de transmitir cultura —acto que sólo es una parte del
repertorio humano: puede brotar de numerosos procesos automáticos y
únicos que darían origen a capacidades del tipo de las creencias y la
cultura. Gazzaniga explica cómo la mente interpreta datos que el cerebro
ha procesado antes, lo que hace que "nosotros" seamos los últimos que
nos enteramos. Nos muestra que lo que "nosotros" vemos es frecuentemente
una ilusión y de ningún modo lo que el cerebro está percibiendo; los
recuerdos erróneos se transforman en parte de nuestra experiencia, la
autobiografía es una ficción.
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