El conocimiento sociológico
Conocer la sociedad, en la que se desenvuelve inevitablemente toda nuestra vida, se ha convertido en una exigencia de todo hombre de nuestro tiempo. No sólo queremos conocerla en sus vicisitudes históricas, o en su formulación jurídica, o en su distribución espacial; nos importa sobre todo descubrir las direcciones constantes de su desarrollo y las tendencias regulares de su composición interna. Este conocimiento ayuda a toda persona a definir su tarea en la historia, las oportunidades del propio desarrollo y los límites de sus aspiraciones. Si conseguimos formarnos una imagen lo más objetiva posible de la realidad social, nos orientamos mejor en nuestras opciones, tanto materiales como sociales e ideales, pues podemos prever las consecuencias y precavernos ante muchas sorpresas. Estas son las razones intuitivas del interés general, difundido por doquier, por los problemas sociales y por la ciencia que trata de analizarlos de form profunda y orgánica.
Después de un siglo y medio de discusiones, la sociología es hoy más que nunca la ciencia de los, fenómenos sociales. Es ciencia en el sentido de que intenta analizar los fenómenos sociales mediante observaciones metódicas e interpretarlos mediante teorías verificadas (o, al menos, verificables). Sin embargo, no todos los discursos aparentemente sociológicos son científicos: no lo son ciertamente los que dan por seguro lo que no es más que hipotético, y menos aún los que sostienen como evidente todo lo deseable. Ni siquiera se pueden calificar de científicos los nobles discursos sobre los valores
sociales que, excluyendo prejudicialmente la consideración de los fenómenos tal como pueden observarse, pretenden captar lo esencial e inmutable de la realidad social y proponer los deberes que nos pueden garantizar una convivencia moralmente más elevada. Los hombres han sometido siempre a reflexión intelectual su convivir; pero e cuidado por captarlo en todas sus modalidades, por analizarlo en su variedad y por construir una visión global del mismo basada rigurosamente en cuanto se ha podido observar efectivamente, no cuenta con mucha historia.
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