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martes, 2 de septiembre de 2014

La vuelta al día en ochenta mundos

 

 La vuelta al día en ochenta mundos es el particular homenaje de Julio Cortázar a su tocayo Verne, cuyas novelas devoró de niño. (Como es sabido, el lector es el único tipo humano que digiere la celulosa, por lo que el niño Cortázar no se indigestó, al contrario.) En realidad, no es que haya muchas menciones a Verne, aparte del título; sin embargo, la inversión que lo conforma puede dar ya idea del homenaje, que tiene lugar en ese nivel de profunda gratitud debida en el que las cosas no son tan evidentes. Julio Verne quería conseguir que lo fantástico pareciera científico; Cortázar estaba empeñado en lograr lo contrario: que el orden anodino y calmo de lo real desvelara los abismos de asombro que lo sostienen. Y a ese propósito destina aquí los medios más variados.

 Puede que precisamente por esa variedad no sea éste el mejor libro para empezar a leer a Cortázar. Yo diría que es casi uno de esos recopilatorios con ensayos, versiones acústicas y anécdotas de grabación que sacan de vez en cuando las míticas bandas de rock. Un libro para fans. Esto se nota sobre todo en cierto tono cómplice que le sale al autor al presentar algunos textos, como diciendo: "¿te acuerdas de los cronopios? pues aquí está su partida de nacimiento" O también: "mira qué manuscrito tan viejo me encontré, ¿a que no parece mío?" Así va repasando algunas de sus referencias literarias, sus descubrimientos más extraños o sus trabajos menos conocidos, sin más exigencia que contar a cada rato lo que le apetece.

 Puede que los lectores que no estén familiarizados con Cortázar se pierdan algunas de estas complicidades, pero lo que es seguro es que incluso los que le conozcan bastante podrán hacer gratos descubrimientos. Yo he leído por primera vez poemas suyos y crónicas periodísticas, y nada me ha defraudado. Entre los ensayos hay algunos más serios, como el dedicado a Lezama Lima, y otros imbuidos de un humor metafísico-surrealista que crea adicción: páginas memorables dedicadas a los "piantados" (como el hombre que vestía de verde y pintó su casa, su bicicleta y su caballo de verde) o al enigma de Jack el Destripador. Se añaden algunos relatos breves que son como cápsulas de Cortázar concentrado. No me resisto a copiar aquí el que más gracia me hace:

Por escrito gallina una

Con lo que pasa es nosotras exaltante. Rápidamente del posesionadas mundo estamos hurra. Era un inofensivo aparentemente lanzado Cañaveral americanos Cabo por los desde. Razones se desconocidas por órbita de la desvió, y probablemente algo al rozar invisible la tierra devolvió a. Cresta nos cayó en la paf, y mutación golpe entramos de. Rápidamente la multiplicar aprendiendo de tabla estamos, dotadas muy literatura para la somos de historia, química menos un poco, desastre ahora hasta deportes, no importa pero: de será gallinas cosmos el, carajo qué.

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