La cultura ha elevado de tal manera a nuestro tiempo por encima de la antigua oposición entre Razón y Fe, entre Filosofía y Religión positiva, que esa contraposición entre Creer y Saber ha adquirido un sentido muy diverso y se encuentra ahora trasladada al seno mismo de la Filosofía. Que la Filosofía sea una sierva de la fe, como se decía antiguamente, y contra lo cual la Filosofía afirmó definitivamente su absoluta autonomía: tales representaciones o expresiones han desaparecido, y la razón —si p o r lo demás es razón lo que se llama así—, se ha hecho valer de tal manera en la Religión positiva, que hasta un ataque de la Filosofía contra lo positivo, los milagros y asuntos semejantes se consideraría como algo superado y oscurantista;
y Kant no tuvo suerte alguna con su intento de revivir la forma positiva de la Religión con un significado tomado de su filosofía, no porque con ello se cambiara el sentido propio de aquellas formas, sino porque no parecían ya merecer ese honor.
y Kant no tuvo suerte alguna con su intento de revivir la forma positiva de la Religión con un significado tomado de su filosofía, no porque con ello se cambiara el sentido propio de aquellas formas, sino porque no parecían ya merecer ese honor.
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