A la obra y figura de Kafka los lugares comunes las han cercado: así llegamos a tener al Kafka atormentado, culpable, pesimista, absurdo, etc. de cierto siglo XX. Deleuze y Guattari, en este ensayo deslumbrante desmontan pieza por pieza el aparato que se ha formado en torno al autor checo-judío, lo toman en serio y le quita n el mistificante halo trágico, develan su verdadera identidad de escritor irónico, político y revolucionario. En las escuetas descripciones de la escritura kafkiana hay un gran poder del deseo, no una pasividad: de este ensayo clave sobre un autor de quien se ha querido hacer un enigma moral y moralizante, se desprende la posibilidad de otra práctica cultural. El siglo fetichizó, en sus corrientes dominantes, a las literaturas menores, las que viven la extrañeza de la lengua. El discurso de Deleuze y Guattari no puede permanecer ajeno, por lo mismo, a las definiciones que podemos hacernos sobre conceptos tales como literatura política y cultura nacional. Kakfa, revelado por Deleuze y Guattari, no es una desesperanza, sino una visión radical de la vida, la cultura y la política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario