La fotografía, que puede ser interpretada como elemento de conocimiento y
como obra de arte con frecuencia, a la vez que información y arte, es
un instrumento de comunicación sujeto a muchos avatares y a toda clase
de manipulaciones. La historia de la fotografía no puede ser únicamente
la historia de una técnica. Puede afirmarse que La fotografía como documento social (Photographie et Societé,
1974) es, no sólo el trabajo más importante de la autora, sino
indudablemente el más ambicioso y profundo, por el tono del análisis de
los hechos que nos relata a modo de historia sociológica, política y
artística de la Fotografía, desde sus precursores hasta nuestros días.
Su condición de socióloga por una parte y de fotógrafa por otra, le han servido como punto de arranque para realizar un trabajo sobre el vínculo existente entre la fotografía y la sociedad. Demuestra en su libro como el desarrollo de la imagen fotográfica está íntimamente relacionado con la evolución social, y de que modo la fotografía ha cambiado nuestra visión del arte y ha sido el punto de partida de los mass-media.
En la historia de la fotografía se ha pasado por diferentes etapas; primero como elemento de pura representación hasta el reporterismo gráfico pasando por el uso masivo de las cámaras fotográficas. Todos estos aspectos se abordan en “La fotografía como documento social”, donde además se pone en evidencia de que modo la fotografía ha nivelado los conocimientos, pero en que medida también desempeña un papel peligroso como manipuladora para crear necesidades, vender mercancías y modelar pensamientos (pág. 187).
En todo caso, hay que recordar que la fotografía sólo es un instrumento y que son los que están detrás los que las utilizan para manipular. Se trata, una vez más, de descargar el peso negativo de la fotografía para situarlo en su verdadero sitio.
En la historia de la fotografía se ha pasado por diferentes etapas; primero como elemento de pura representación hasta el reporterismo gráfico pasando por el uso masivo de las cámaras fotográficas. Todos estos aspectos se abordan en “La fotografía como documento social”, donde además se pone en evidencia de que modo la fotografía ha nivelado los conocimientos, pero en que medida también desempeña un papel peligroso como manipuladora para crear necesidades, vender mercancías y modelar pensamientos (pág. 187).
En todo caso, hay que recordar que la fotografía sólo es un instrumento y que son los que están detrás los que las utilizan para manipular. Se trata, una vez más, de descargar el peso negativo de la fotografía para situarlo en su verdadero sitio.
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